Me dispongo a impartir en este segundo cuatrimestre una asignatura del Máster de Profesorado denominada «Innovación docente e investigativa» a un grupo de estudiantes, ya graduados, que el próximo año engrosarán las listas de profesorado de este país.
Hoy me han preguntado en qué consiste la innovación educativa, mientras me esfuerzo por encontrar un aula sin pupitres fijos y con suficientes enchufes para los portátiles que mis estudiantes traen de su casa. Estas dos cosas pueden parecer una tontería a simple vista, pero resulta que son condiciones necesarias (mejor empleo un latinismo… sine qua) para llevar a cabo una situación de aprendizaje innovadora o, al menos, para intentarlo.
Sabemos que la innovación consiste en generar ideas y hacerlas realidad; romper paradigmas; asumir riesgos y aprender de los errores. Implica también crear oportunidades y actuar como entes generadores de cambios.
La innovación en la práctica docente se entiende como la mejora del proceso educativo llevado a cabo por el profesorado a partir de la integración creativa de elementos nuevos o ya existentes, pero siempre con un impacto positivo en los aprendizajes del alumnado. Debe incorporar un cambio en los materiales, métodos, contenidos o en los contextos implicados en la enseñanza. En este contexto, existen técnicas didácticas e iniciativas a nivel institucional, de las que ya hemos hablado: Aprendizaje conectivo, aprendizaje por descubrimiento, aprendizaje cruzado, aprendizaje basado en retos o en proyectos, aprendizaje por refuerzo, aprendizaje móvil, gamificación, etc.
En cuanto a las iniciativas institucionales -si me ciño a mi experiencia- se limitan a dotar las aulas de un único ordenador y un cañón (que no siempre funcionan).
Pero es posible que la innovación educativa no dependa solo de aspectos metodológicos o tecnológicos y tan solo consista en acercarse al alumnado e interactuar con él, despertando su motivación y rompiendo las barreras tradicionales que tanto daño han hecho a la educación. Tal vez mañana tenga suerte y encuentre un aula.

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¡Ja, ja! Buena suerte, te lo digo en serio ¡es que si no fuera por las buenas intenciones! Un saludo y, como siempre, un gusto leerte.
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Gracias, Sergio. Ha sido un arranque. Un saludo.
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Me sorprende que escribas en primera persona, raras veces lo haces, pero eso demuestra lo implicada que estás en estas cuestiones. Las satisfacciones laborales tanto nos elevan como nos hunden, pero en nuestra vocación está la fuerza que necesitamos para seguir adelante, y creo que de eso tienes de sobra. Un abrazo de una compañera de fatigas.
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Gracias, Sandra. Lo que uno escribe de noche sorprende leerlo durante el día. Un abrazo.
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Me gusta tu definición alternativa de innovación educativa, seguro que debe innovarse en ese aspecto siempre olvidado y pasado por alto. Es bueno sacar todo lo que uno piensa, sea de noche o de día. Saludos.
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Gracias. Un saludo.
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Buen viento y buena mar!!
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