¿Cómo trabajamos actualmente nuestra memoria?
El modelo actual de enseñanza trabaja la información facilitando datos como fechas, nombres de ríos, descubrimientos científicos, etc. de modo descontextualizado, aislado, carentes de otra información que la haga atractiva y marque emocionalmente a las personas.
¿A quién no le ha pasado que al final de curso no recordaba nada de aquella asignatura que estudió compulsivamente durante 3 días ¡y casi sus correspondientes noches! para quitársela de encima a cualquier precio? ¿Por qué ocurría esto? Esta memoria -conocida como memoria a corto plazo- dura 72 horas, de tal manera que:
- A los 3 días se ha perdido el 50%.
- A la semana queda tan solo el 10%.
Con este tipo de trabajo no existe algo fundamental que debe darse para que tenga lugar el almacenamiento de la información en la memoria a largo plazo, la que perdura con el tiempo; es decir, no existe lo que conocemos con el nombre de entrenamiento neurocognitivo -estimulación, conectividad, funcionalidad neuronal-.
Por tanto, ¿qué impacto tiene a nivel de recuerdo el uso de memorias no significativas? Pues el mismo que produciría en el cerebro ver pasar las olas del mar a través de una pantalla. ¿Y por qué ocurre esto?: El cerebro de forma natural tiende a utilizar el razonamiento, pero si no está capacitado para ello, si no se ha trabajado la memoria significativa, el cerebro utiliza de forma compensatoria las memorias no significativas, es decir, las de corto plazo.
Para que la información se convierta en conocimiento es necesario que pase a las memorias significativas, de largo plazo, ¿y qué proceso hace esto posible? Hoy día sabemos que las emociones positivas tienen efectos beneficiosos sobre el aprendizaje al mejorar procesos relacionados con la atención, la memoria o la resolución creativa de problemas. Con la simple observación de imágenes que constituyan estímulos diferentes, ya sean positivos, negativos o neutros, se activan diferentes regiones cerebrales.
Es decir, para que se produzca aprendizaje es necesario:
- En primer término, necesitamos un estímulo lo suficientemente atractivo y agradable para captar la atención de nuestro público.
- Después, como respuesta al estímulo, se produce en su cerebro una conexión neuronal, sináptica, una reacción en cadena entre cientos, miles e incluso millones de neuronas integradas en una compleja red que le permitirá entender y reaccionar ante ese estímulo.
En la medida en que esa red neuronal tienda a consolidarse, sus neuronas quedarán asociadas formando parte de un mismo equipo, de modo que, en un futuro, cualquiera de las neuronas que forman parte de esa red podrá activar al resto, garantizando su conexión. Así, en la medida en que la misma red se active de forma conjunta reiteradamente y de forma estable, tendrá lugar lo que se conoce como “potenciación sináptica a largo plazo” (PLP), base del aprendizaje y la memoria.
Cuando hablamos de memorias nos referimos a:
- La Memoria Implícita, que es una memoria de hábitos, inconsciente y rígida, que radica en las mismas regiones cerebrales que procesan información sensoperceptiva, motora y emocional como la neocorteza, el neoestriado, el cerebelo o la amígdala.
La Memoria Explícita o declarativa, es la memoria de los hechos (memoria semántica) y los eventos (memoria episódica). Es una memoria relacional, consciente y flexible, cuya característica más destacada es que permite expresarse en situaciones y modos diferentes a los del aprendizaje original. - La Memoria Procedimental es la que concierne al aprendizaje y conservación de las competencias, como montar en bicicleta, jugar al tenis, esquiar, es el aprendizaje de la mecánica de los procesos que permiten adquirir una competencia.
- La Memoria de Trabajo, funciona sin parar en nuestra vida consciente, es la que nos permite tener la información que necesitamos en tiempo real para hablar, imaginar, reflexionar o calcular.
Las emociones positivas favorecen el aprendizaje
Las neuronas espejo nos permiten, además de comprender las intenciones de los demás, comprender también los sentimientos, las emociones de los otros realizando una interpretación de la expresión facial observada. Por lo tanto, con las neuronas espejo podemos entender a los demás en tanto que nos vinculan desde el punto de vista mental y emocional.
Esto se debe a que los recuerdos se guardan unidos a la emoción que producen, creando marcadores somáticos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida ¿Pero qué implicación tiene esto en el aprendizaje? Las emociones positivas tienen efectos beneficiosos sobre el aprendizaje al mejorar procesos relacionados con la atención, la memoria o la resolución creativa de problemas.
Con la simple observación de imágenes que constituyan estímulos positivos, interviene el hipocampo, que favorece los procesos memorísticos y de aprendizaje. Los escáneres cerebrales muestran que cuando las personas participan en actividades cooperativas bien diseñadas sus cerebros liberan más dopamina, un neurotransmisor que es beneficioso tanto en lo cognitivo como en lo emocional, porque favorece el almacenamiento de información en las memorias de largo plazo y reduce la ansiedad. Por tanto, desde el punto de vista didáctico, es muy importante estructurar las actividades en el aula de modo que se favorezca la interacción social.
En resumen, con estímulos atractivos y con emociones positivas seremos capaces de captar la atención de nuestro auditorio, favoreciendo el recuerdo de ese momento y de la información que transmitamos.
Como ejemplo les dejo un cuadro de distintas actividades organizadas en diez principios motivadores del aprendizaje:


Esto es lo contrario a la «letra con sangre entra» ¿no?
Me gustaLe gusta a 2 personas
Reblogueó esto en EL BLOG DEL MAESTRO.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sin saber nada de neurodidáctica, yo pienso lo mismo e intento aplicarlo en clase. Gracias.
Me gustaLe gusta a 2 personas