A menudo las cosas más importantes se revelan en los mitos. Algunos piensan que constituyen la memoria de nuestros ancestros. Pero ¿qué es la memoria?
En la mitología clásica Mnemósine o Mnemosina (en griego antiguo Μνημοσύνη, de μνήμη ‘memoria’) era una diosa órfica a la que, según Platón, le fue concedido el don de la memoria. Esta Titánide era hija de Gea y Urano, hermana de los poderosos titanes y madre de las nueve Musas.

Según cuenta Hesíodo, Mnemósine fue amada por Zeus bajo el aspecto de un pastor durante nueve noches seguidas en los montes Pieria, al término de las cuales Mnemósine dio a luz a las nueve Musas: Calíope, Clío, Erató, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía,Terpsícore y Urania.
«Las alumbró en Pieria, amancebada con el padre Crónida, Mnemósine, señora de las colinas de Eleuter, como olvido de males y remedio de preocupaciones. Nueve noches se unió con ella el prudente Zeus subiendo a su lecho sagrado, lejos de los Inmortales. Y cuando ya era el momento y dieron la vuelta las estaciones, con el paso de los meses, y se cumplieron muchos días, nueves jóvenes de iguales pensamientos interesadas sólo por el canto y con un corazón exento de dolores en su pecho, dió a luz aquélla, cerca de la más alta cumbre del nevado Olimpo» (Hesíodo, Teogonía).
En Beocia se encuentra la cueva de Trofonio, a través de la cual se accede a los Infiernos. Allí había dos fuentes: una se llamaba Leteo, con la capacidad de hacer olvidar el pasado, la otra Mnemósine, con la facultad del recuerdo. Solo los iniciados, y aquellos que deseaban consultar el oráculo de Trofonio en Beocia, podían hacerlo. Sin embargo, Platón pensaba que el don de las Musas era inmaterial, tanto es así que se trataba de una materia casi labrada a mano, como de una cera blanda, donde, si se colocaba junto a imágenes o pensamientos, actuaría como un espejo.
Asimismo, Platón afirmaba que la poesía posee un saber, producto de la inspiración, que puede interpretarse como una especie de locura divina, un estado de ánimo que se produce cuando las Musas se apoderan del alma y la dominan. De ahí que los poetas no puedan crear nada cuando los abandona la inspiración, pues aquello que dicen bajo el influjo de las Musas es algo ajeno a ellos y no les pertenece.
La poesía es el origen de cualquier expresión que, a través de las múltiples vivencias del ser humano, se traduce en el arte: la vibración en el espacio y en el tiempo. Como escritores necesitamos de ella antes de empezar a crear. También cuando escribimos.
En este caso ya no es válido aquello de verba volant, littera manent («las palabras vuelan, las letras permanecen»). Puede ocurrir que, en algún momento, abramos un libro y encontremos que los poemas se han borrado, solo páginas en blanco.
Por este motivo, en la Grecia antigua, la Musa de la Memoria poseía una importancia inmensa. Los poetas, maestros de la memorización y transmisores de los grandes mitos, solicitan de las Musas, hijas de Mnemosine, la conexión con ese saber aprendido, que sólo transmiten al poeta verdadero. El poeta, por tanto, no inventa, solo transmite, reproduce, se convierte en guardián de un saber tradicional, de lo divino.

Es evidente que a ti las Musas te inspiran a menudo ¡Qué sigan así! Un saludo.
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¡Ja, ja! Gracias.
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Es una interpretación muy curiosa del papel del poeta, que -supongo- puede extenderse a cualquier escritor. Hasta ahora solo había leído -y pensado- sobre la creatividad e imaginación de quien escribe. Saludos.
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Claro, la locura divina que es la poesia. Genial, me encanta, un post fabuloso!
Un saludo de València,
FBC
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Muchísimas gracias. Un saludo.
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De nada Carolina. Un saludo
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¡Hola Carolina! 🙂
Muy interesante, como siempre, me encantan tus artículos sobre mitología. 🙂
Te dejo este artículo mio de HELICON hablando de Leteo (o lethe, o letheia), el olvido, y Lo contrario, a-letheia, que no es “recuerdo” para los griegos, sino VERDAD 🙂
https://almaleonor.wordpress.com/2012/04/21/aletheia/
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¡Oye, ni que nos pusiéramos de acuerdo! (¡ja, ja!) Desconocía la leyenda del río Limia. Gracias por enseñarme.
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Soy yo quien aprende mucho contigo, Carolina 🙂
El artículo que te he pasado de HELICON es del 2012, tiene ya un tiempo 🙂
Saludos.
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