La educación y la crisis del valor de lo público. Desafiando la agresión a los docentes, los estudiantes y la educación pública. Giroux, Henry. Montevideo, Criatura Editora, 2012. 214 págs.
Henry Giroux, pedagogo estadounidense con amplio reconocimiento en el campo de la educación, plantea en este nuevo libro una defensa de la educación pública como valor colectivo inherente a toda sociedad democrática. Giroux retoma el tema tratado previamente en Los profesores como intelectuales: hacia una pedagogía crítica del aprendizaje (1990), Teoría y resistencia en educación. Una pedagogía para la oposición (1992), Igualdad educativa y diferencia cultural (1992) y La escuela y la lucha por la ciudadanía (1993), trabajos en los que desarrolla la llamada “teoría de la resistencia”: la relevancia de la educación como arma de choque ante la desigualdad social. Desde la misma perspectiva crítica ha publicado también Placeres inquietantes: aprendiendo la cultura popular (1996), Cruzando límites. Trabajadores culturales y políticas educativas (1997), Sociedad, cultura y educación (1999) y Cultura, política y práctica educativa (2001).
En su obra destaca la importancia de los docentes como entes políticos, promotores de cambios culturales, y una concepción de la educación como esfera pública donde desarrollar la formación para la democracia.
En esta ocasión, el autor traslada sus planteamientos a la crisis actual del sistema educativo estadounidense, promovida por la administración de Barack Obama, en la que predominan prácticas educativas subordinadas a la evaluación a través de pruebas estandarizadas, postergando de forma alarmante una formación en el pensamiento crítico y obviando temas complejos como la conciencia social.
Su mirada crítica se centra en la desvalorización de la profesión docente, en la privatización de la enseñanza y los Centros educativos por encima del bien público, y, principalmente, en la valoración de la capacitación individual por encima de la formación ciudadana. Esta situación afecta visiblemente a la educación superior, en tanto que la somete a la política empresarial y desvincula a sus académicos e investigadores del compromiso público y social.
En definitiva, Giroux despierta la conciencia política de todo aquél que lee su obra, invitándonos con una reflexión final a pensar de otro modo para también actuar de otro modo.
Está claro que si los gobiernos no sirven al bien público, el sistema educativo menos. Las instituciones ya no garantizan la calidad de la enseñanza, porque lo que prima es la economía, y las Universidades no dejan de ser una empresa.
Me gustaLe gusta a 4 personas
Desde luego que la educación necesita no sólo ser pública, sino, además, modernizarse. El cambio en el sistema debe comenzar por valorar más al profesor y ofrecerle las herramientas necesarias para adaptarnos a las exigencias y necesidades de las nuevas generaciones.
Me gustaLe gusta a 3 personas
Yo creo que ésta es la peor época que le ha tocado vivir al profesorado, por muchos motivos. No dejamos de quejarnos. Me gustaría oir la voz de algún alumno que nos aclare desde su perspectiva la situación que viven en los Centros y también en sus casas.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Si todos estamos de acuerdo en que el modelo de enseñanza debe ser revisado y corregido ¿por qué las instituciones no hacen nada? ¿son sordas? Obviar el problema no va a solucionarlo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
El debate en materia de educación va más allá de lo que se enseña y no se enseña, el «quid» de la cuestión es cómo se enseña.
Me gustaLe gusta a 3 personas