Se imparte clase en el aula y se resuelven los ejercicios en casa. Es lo que se ha hecho desde hace muchas generaciones y lo que, hasta un cierto punto, ha funcionado. Pero, ¿y si fuera al revés? Esta posibilidad existe y se hace realidad gracias al ‘aprendizaje invertido’ (flipped learning en inglés).
Este proyecto, también denominado ‘aula invertida’, responde a una fuerte demanda de renovación de los métodos, y consiste en que el alumnado recibe los contenidos teóricos a través de plataformas digitales y no mediante las tradicionales clases magistrales.
Posteriormente, se aplica lo aprendido mediante actividades en el aula física, con la puesta en común y el debate sobre la información adquirida, la resolución de problemas y dudas de manera conjunta o la realización de exposiciones orales.
El aprendizaje invertido es una metodología de enseñanza activa, donde el alumnado tiene la posibilidad de ser más participativo, reforzando incluso el espíritu de trabajo en equipo en el aula, a la vez que se obtiene un aprendizaje más personalizado. Además, asumen una responsabilidad que antes no tenían y acuden a las clases con una mayor preparación.
Mientras el estudiantado adquiere un papel mucho más activo, el equipo docente se encarga de ofrecer el material previo a la clase práctica y los recursos para la autoevaluación, adquiriendo además, la función de moderador y dinamizador en el aula. Asimismo, el profesorado aprovecha las posibilidades que ofrecen las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) para presentar la información de manera más atractiva con vídeos, mapas interactivos, técnicas de gamificación, etc. y todo ello con contenido de la web 2.0 o de elaboración propia.
La aproximación de la enseñanza al mundo de internet juega un papel importante en la captación de atención del alumnado. Cabe destacar que las nuevas generaciones son consideradas como nativos digitales, por lo que favorecer el aprendizaje a través de las herramientas de internet es un punto de ventaja para conseguir aumentar la motivación de las personas más jóvenes.
La experiencia con este método ha dejado entrever que el alumnado mejora sus calificaciones con la sensación de haber realizado el mismo esfuerzo que en una metodología tradicional. Este aspecto positivo, acompañado de tantos otros, incrementan el interés del estudiantado por las asignaturas.

Gracias por la infografía. Es muy útil. Un saludo.
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De nada. Saludos.
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Gracias, Carol. Me encanta lo de «¿flipped qué?» Saludos.
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Gracias. Un saludo.
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