Travestismo y bisexualidad en el mundo antiguo: el caso de Aquiles

Uno de los mayores héroes de la mitología clásica, Aquiles, constituye una figura que, tanto por sus características como por el magnitud de sus hazañas, se convierte en un personaje que, a través de los siglos, sigue inspirando a artistas, poetas y escritores.

aquiles Óleo Lienzo Figura

Aquiles, de Sebastián Chelia. Óleo sobre lienzo, 2010.

Pero también Aquiles se erige como paradigma de contradicciones. Hay toda una serie de oposiciones que caracterizan al personaje en la tradición clásica, tales como fealdad/belleza, ferocidad/ternura, inmortal/humano, viril/femenino, hombre libre/esclavo, etc., que son más explotadas por los autores de una época o más desmitificadas por otros. Intentaremos ahora analizar la estrecha relación que mantiene nuestro héroe, modelo de virilidad, con una serie de actitudes que lo sitúan en la categoría de lo femenino.

En la tradición literaria, la virilidad de Aquiles se tambalea, y esto ocurre en distintas ocasiones: cuando, siendo aún muy joven, su madre lo obliga a esconderse vestido de mujer entre las hijas del rey de Esciros; luego, su retirada del combate tras la afrenta de Agamenón y, finalmente, su gran desconsuelo por la pérdida de su querido amigo Patroclo.

En las dos primeras ocasiones, Aquiles permanece largo tiempo inactivo en un espacio aislado, interior, al igual que una mujer; y, por último, expresa sus sentimientos a la manera de las mujeres, llorando. La capacidad humana de Aquiles, de ese héroe que se nos ha presentado como colérico y cruel a lo largo de la obra de Homero, se pone de manifiesto cuando se encuentra frente a él al anciano Príamo, suplicante, con el que, incluso, comparte llantos, aquél por su hijo Héctor, éste recordando a su padre, pero también a su perdido compañero Patroclo.

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Príamo y Aquiles (Ivanov) Príamo suplica a Aquiles que le devuelva el cadáver de su hijo Héctor – 1824 | Pinterest

Existe, según palabras de Nicole Loraux (2004: 10), una tradición griega que «desde la epopeya homérica a la leyenda heroica, sostiene que un hombre digno de este nombre resulta todavía más viril si abriga en su seno algo de feminidad». Sólo de esta manera, podríamos hallar en Aquiles a una de las figuras griegas de la feminidad en el hombre. Dada su extrema virilidad, Aquiles puede entregarse sin peligro a las pasiones extremas, más propias de las mujeres: Aquiles llora. Como expresión de su temperamento da rienda suelta a su cólera, una reacción que ningún psiquiatra de hoy en día, con sus cómodos esquemas clínicos, dudaría en calificarla de vulgar ataque de histeria.

En base a la idea propuesta por Loraux (2004: 137), según la cual «atrapar a la mujer en el hombre equivale a pensar la virilidad en su frontera más decisiva», quedaría entonces explicada la imagen de Aquiles, el héroe varonil hasta el exceso, pero empecinado en su cólera, como si fuera una mujer, un héroe que no duda en mostrar abiertamente sus sentimientos, como, cuando llevado por la desesperación en el momento en que le anuncian la muerte de Patroclo, de no ser por la intervención de uno de sus compañeros, se hubiera suicidado, degollándose, al igual que haría una mujer.

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Aquiles y Patroclo, el amor gay más arrebatado de Grecia | eldiverso.com

Este aspecto femenino del héroe nos lleva a ocuparnos de un hecho que ha marcado profundamente al personaje: su estancia en la corte del rey de Esciros. Recordemos que el héroe, a instancias de su madre Tetis, permaneció escondido con las hijas del rey Licomedes, vestido de mujer bajo el nombre de Pyrra, como ardid para evitar ir a la Guerra de Troya. Pero cuando Ulises llegó a la corte disfrazado de comerciante, ofreciendo a las hijas del rey diversas baratijas y objetos femeninos, Aquiles se descubrió al escoger de entre los presentes las armas que hábilmente Ulises había puesto entre los objetos ¿De qué manera podemos interpretar este episodio de travestismo en la adolescencia de Aquiles?

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Aquiles descubierto por Ulises y Diómedes. Rubens, Pedro Pablo. 1617 – 1618. Óleo sobre lienzo (Museo del Prado)

Hay que tener en cuenta que el travestismo ritual formaba parte de las características de muchos sacerdotes de la Antigüedad y que, en nuestros días, lo practican diversos pueblos tradicionales que, por lo general, conservan mitos sobre seres primigenios bisexuales que desempeñaron alguna función en la creación del mundo.

Pero no siempre la bisexualidad ritual responde a los mitos de creadores bisexuales. Cabe también la posibilidad de que los hombres intenten alcanzar la androginia para unir los aspectos complementarios de lo masculino y lo femenino, y, de esta forma, acceder a un estado más perfecto, superior o divino De cualquier modo, estos intercambios de sexo van ligados a determinados ritos sociales, que constituyen, a la vez, fiestas religiosas y prácticas iniciáticas. Por ejemplo, en algunas ciudades del mundo griego, especialmente en Esparta, el cambio ritual de vestimenta, adoptando la apariencia del otro sexo, respondía a una de las pruebas iniciáticas para el acceso a la condición de guerrero, del mismo modo, por ejemplo, que la joven casada, en el primer día de sus bodas, lleva vestimenta de hombre.

El travestismo, pues, responde a lo que se conoce como ley de la inversión, la cual dramatiza en la vida de los hombres los momentos de tránsito —el paso de la pubertad a la vida adulta—. Recordemos otros casos de travestismo en la literatura griega como el péplos de Heracles, que durante una época de su vida vivió como si fuera una mujer junto a su amada Ónfale, la cual ejercía las funciones del varón, o bien la túnica femenina que usa Teseo siendo un adolescente, y es que paradójicamente el travestismo señala el momento en que el joven comienza su etapa adulta en toda su virilidad.

Este episodio de travestismo y sus reacciones un tanto femeninas, ha inducido a algunos críticos a hablar de la posible ambigüedad sexual de Aquiles, ambigüedad que se mantiene a lo largo de la tradición literaria posterior.

Podemos concluir diciendo que, a pesar de que la imagen heroica cambie de acuerdo con las épocas, la situación social y los géneros literarios, la sociedad actual sigue alimentándose de héroes. En el caso de Aquiles, más un símbolo que un personaje, sigue conservando esa ambigüedad que siempre caracterizó su vida. Nuestro protagonista, sometido a un destino que le ha sido asignado desde su nacimiento, no tiene otra existencia que la de las acciones que se le atribuyen.

Para ver el texto completo: Real Torres, C. (2006). Vida y muerte de un mito. Aquiles. De Homero a Goytisolo.

Referencias:

LORAUX, N. (2004). Las experiencias de Tiresias (lo masculino y lo femenino en el mundo griego), Barcelona, Acantilado.

 

 

 

10 comentarios en “Travestismo y bisexualidad en el mundo antiguo: el caso de Aquiles

  1. zeus880 dijo:

    Me parece fantástica la serie que haces sobre transgénero. Desde luego es una visión totalmente distinta a la que estamos acostumbrados. Me ha ayudado a reflexionar sobre algunos aspectos que normalmente pasamos por alto. Un saludo.

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  2. javit896970 dijo:

    Estimada Carolina. Le vuelvo a repetir lo que le comenté en Inicio de su blog. Sus aportaciones en materia de tradición clásica me resultan de lo más entretenidas. Es una forma distinta y novedosa de leer la historia, como usted misma dice, una forma no académica. La felicito por ello. Un saludo respetuoso.

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