El poder de contar historias para aprender

El storytelling tiene el propósito de desarrollar algunas estrategias narrativas prácticas para descubrir que todos somos narradores seductores, vendedores de ideas, servicios o productos mediante el uso de historias memorables que motivan a la acción. En la educación, el storytelling es una herramienta indispensable para hacer de la información fría una historia inolvidable.

Escuchar y compartir historias es parte de la naturaleza humana y algo que hacemos día a día en nuestras interacciones con los demás. Contamos historias para aprender, para imaginar, para protegernos, para ser parte de una narrativa más humana. Contamos historias para crear y continuar en el mundo. No hay información que no pueda organizarse en una historia con un protagonista, con pasiones y razones que impliquen, comprometan y conduzcan a la acción a la mente del que escucha.

Las historias se guardan por siempre en la memoria

Todos somos adictos a las historias. Comenzamos a leer oyendo los cuentos y anécdotas de nuestros padres y abuelos. Emprendemos travesías por el país de las hadas y, más tarde, acompañamos al Dr. Watson en su recorrido por el crimen mientras que su admirado Holmes resolvía para nosotros el enigma. Nos metemos en la cama con Poe para salir asustados, fuimos Aura o Pedro Páramo, fuimos Cossete y viajamos a Macondo. Fuimos Amante de Bolzano y reina de Inglaterra. Jugamos a los mapas con Borges y nos perdemos frecuentemente entre sus libros de arena. A todos nos gustan las palabras bien dichas y las historias bien contadas.

Sin ninguna duda, contar historias es la mejor manera de conectar con la gente a través del lenguaje que comprenden mejor: el de las emociones. Los beneficios más inmediatos de este arte antiguo y moderno son los siguientes:

  • Genera confianza

Compartir con nuestra audiencia una historia que despierte emociones hará que el contenido luzca más auténtico y cercano a su realidad. Nuestra audiencia o nuestro alumnado crea un lazo no con tu historia, sino con el elemento humano que la rodea.

  • Genera emoción

Seguramente aún recuerdes aquella historia que te contaban antes de dormir cuando eras niño, pero hayas olvidado lo que aprendiste en tu clase de álgebra en la Secundaria. El cerebro humano procesa mejor la información cuando es contada en formato de historia y despierta su interés. Recuerda «las emociones positivas favorecen la memoria«.

  • Genera empatía

Las neuronas espejo son las responsables de que nuestro cerebro reaccione ante lo que experimentan los demás como si lo estuviéramos viviendo nosotros. La empatía es parte de la naturaleza humana y nos permite sentir las emociones de otros como nuestras. Esta capacidad de emocionarnos y adueñarnos de las experiencias ajenas es lo que ha permitido el desarrollo de la literatura y el cine, y lo que hace tan efectivo el contar historias en el marketing de contenidos.

  • Genera curiosidad

La estructura de una historia, ya sea escrita o en video, favorece mantener la atención hasta el final. Esto se logra, por ejemplo, con una buena trama, introduciendo personajes cercanos a la realidad del público, con los que puedan identificarse, o planteando un conflicto que, tras diversas dificultades, el protagonista consigue resolver.

Mediante una buena historia podemos mostrar lo que tenemos que decir a través de hechos y no simplemente palabras, a través de las imágenes que logramos introducir en la mente de quien nos escucha, y, en definitiva, despertando emociones. Una narrativa bien desarrollada ayuda al receptor a tomar decisiones, a cambiar su comportamiento, su estado de ánimo y hasta su percepción.

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