El aula invertida o flipped classroom puede variar dependiendo de los atributos de la clase, las necesidades del alumnado y el nivel de participación requerido por quien enseña.

Cuando intentamos por primera vez dar la vuelta a nuestra clase debemos tener en cuenta una serie de consejos para conseguir explotar al máximo todo el potencial del Aprendizaje Invertido:

1. Establecer una estrategia. Las actividades presenciales deben centrarse en las habilidades de pensamiento más altas en la Taxonomía de Bloom, «analizar, evaluar y crear», mientras que para las actividades fuera del aula se recomiendan las de orden más bajo, «aplicar, recordar y comprender». El profesorado debe asegurarse de planear cómo va a usar su tiempo de clase, planificar bien todas las actividades, que éstas sean prácticas y que requieran un pensamiento crítico y reflexión por parte del alumnado. Planifica tareas para el tiempo de clase, ésta es la clave, nunca te quedes sin actividades en la recámara, sobre todo sabiendo que se trata de desarrollar el máximo potencial de tus estudiantes.
2. Comenzar con algo pequeño. No se recomienda cambiar al Flipped Learning con un curso completo, sino, por el contrario, comenzar aplicándolo solamente a algunos temas más adecuados y evaluando los resultados. El profesorado no debe tratar de reorganizar toda una asignatura de una vez, sino empezar por aplicar este método a uno o varios temas, y, poco a poco, ir implementado esta metodología a lo largo de cursos sucesivos.
3. Armarse de paciencia. El profesorado con este método necesita más tiempo para organizar una clase, especialmente si tiene que grabar sus lecciones en vídeo, colgarlas en alguna plataforma y asegurarse luego de que todos los enlaces funcionen. Igualmente, si opta por utilizar cualquier otro tipo de material audiovisual, debe escogerlo con cuidado para garantizar que cumpla los objetivos.
4. Apuesta por los Recursos Educativos Abiertos. Cuando el docente empieza a utilizar este método, tiene la intención de utilizar sólo sus grabaciones personales, pero pronto se da cuenta de que el trabajo lo supera y debe acudir a vídeos de otros profesionales para usarlos en sus clases (disponibles en YouTube, TeacherTube, Vimeo, etc.), pues hay abundancia de material de alta calidad disponible para educadores. Esto le ahorrará mucho tiempo y podrá centrarse en ayudar a sus estudiantes. Así pues, no trates de hacerlo todo tú sólo, utiliza lo que otros profesionales han hecho y comparte lo tuyo.
5. Involucrar al alumnado. Se puede esperar un rechazo por parte del alumnado. Estar sentado en una conferencia es fácil. Aprender es difícil. No a todos los estudiantes les va a gustar el método FC. Deberíamos comunicarles los detalles del modelo de aula invertida y sus características, teniendo en cuenta su opinión para reducir su rechazo al cambio

6. Utilizar diferentes herramientas. Crear o reutilizar no sólo vídeos como única herramienta. Se pueden incorporar simulaciones, e-books, libros, presentaciones, documentos, animaciones, audios, podcasts, etc.

7. Crear contenidos interactivos. Los contenidos deben ser breves y dinámicos para mantener la atención del estudiante. Se recomienda que la duración de los vídeos no supere los 10 min. Es aconsejable incluir actividades de evaluación y retroalimentación.
8. Comprobar los contenidos. Es necesario disponer de un método que permita al docente comprobar si el alumnado ha consultado los contenidos previos y qué grado de comprensión ha alcanzado. En este sentido, podríamos organizar un debate en torno al contenido del vídeo (presencial o virtual utilizando cualquier foro, realizar un cuestionario, etc.) o bien sustituir el vídeo por un videoquiz. De esta forma podremos ofrecer una enseñanza individualizada.
9. Formar equipos de docentes. Promover el intercambio de experiencias entre el profesorado para mantener el entusiasmo, reducir esfuerzos y mejorar la práctica docente.
10. ¡No perder el ánimo!  Es necesario mantener una actitud positiva frente a la reacción del alumnado, familias y resto de profesorado al cambio, manteniéndose atento a la resolución de las dificultades que surjan.